Hoy en día es frecuente escuchar consejos como que no acostumbremos a los hijos a cogerlos en brazos, que los dejemos llorar que ya se le pasará… Pero hay muchos estudios que demuestran que coger a los bebes, abrazarlos y tenerlos junto a nosotros es muy beneficioso en muchos aspectos.
Para que podáis valorarlo por vosotros mismos, os dejamos una lista con diez de las muchas razones que existen:
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Aporta al bebe tranquilidad y seguridad
Coger a los niños y bebés en brazos les aporta seguridad, esto les permite desarrollar su personalidad en un clima de confianza y serenidad. Los niños que no reciben esta atención crecen invirtiendo demasiada energía y tiempo en velar por su seguridad. Suelen estar siempre alerta y buscan llamar la atención de los padres. En cambio, cuando un niño tiende a sentirse seguro y protegido, toda su energía puede ir destinada a cosas más productivas como jugar, observar, aprender….
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Retrasa la llegada al mundo de manera temprana
Eduard Punset explica que los bebés llegan al mundo de manera prematura, ya que cuando lo hacen, no están preparados para esta vida, ya que la evolución del cuerpo del ser humano hace que los bebés nazcan con la cabeza más pequeña para poder pasar por el canal del parto.
Por esta razón los primeros meses son bastante complicados para ellos y sus padres. Son muy susceptibles, se agobian cuando están solos, no son capaces de calmarse por si mismos…
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Los brazos para calmar el llanto
En muchas ocasiones, los bebés nos están reclamando contacto, cariño y seguridad. Antiguamente se asociaba a hambre, necesidad de cambiar el pañal o sueño. Actualmente, ha quedado demostrado que en la mayor parte de las ocasiones es por necesidad de afecto.
Hay padres que lo llaman “tomar el pelo” pero es la forma que ellos tienen de reclamar algo que hacemos también los adultos, un beso, un abrazo…
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Cuantos más brazos, menos cólicos
Un estudio de 1986 ya puso de manifiesto que los bebés que pasaban más rato en brazos, más tranquilos están y menos agobio y estrés sienten, lloraban menos por las tardes.
A partir de los tres meses, el llanto se iguala tanto en unos como en otros. Pero los que han sido cogidos en brazos, su cerebro e ha ido desarrollando en un entorno más agradable y han estrechado el vínculo con sus padres.
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Más brazos, menos aires
Otro motivo para coger a los niños es que en esta posición los niños hacen mejor la digestión y tienen menos dificultad a la hora de expulsar los aires.
Si a esto le añadimos que los niños cuando lloran tragan aire y en brazos lloran menos, esto contribuye a que los pequeños tengan menos aires.
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Se desarrollan viendo el mundo que ven papá y mamá
Cuando el niño está tumbado sólo ve el techo. Más adelante, al pasar a la silla, ven un poco más. En cambio, estando en brazos ven los mismo que su porteador, ven lo que hace y le oyen mejor. De esta manera le estamos enseñando de manera indirecta a vivir, cómo se desarrolla la vida a su alrededor y los estamos introduciendo poco a poco en nuestra sociedad y nuestra cultura.
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Se evita la plagiocefalia
La plagiocefalia es un aplanamiento del cráneo por el “abuso” de una posición por parte del bebé. Los casos han ido en aumento desde que se recomendó que los bebés durmiesen boca arriba para evitar la muerte súbita.
El exceso de cuna, cochecito, hamaca… solo agrava este problema. En cambio, cogiendo al bebé en brazos evitamos que haya un exceso de presión sobre su cabeza. .
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Son más felices, engordan más
Un estudio en varios orfanatos de Rumania evidenció que los niños que tienen más contacto físico positivo están más tranquilos, lo cual influye en su aumento de peso. Ya que, al no haber demasiados nervios ni estrés, no gastan tanta energía en estar alerta.
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Les ayuda a dormir
Los bebés prefieren dormir en brazos, siendo mecidos hasta conciliar el sueño. Esto es debido a que la tranquilidad que les ofrecen los brazos de papá y mamá hacen que sus niveles de estrés bajen, por tanto, se relajen más y puedan dormirse más fácilmente.
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Ayuda a madres y padres a vincularse con sus hijos
Por último, pero no menos importante, cabe resaltar que cuanto más próximos están los niños y sus padres, mejor es el entendimiento y el conocimiento entre ellos, por tanto, mejor es la relación entre ambos.